Fan Fiction

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jueves, 28 de enero de 2010

Una Cruda Realidad ...

Poco a poco y a medida que iba apartando cada vez más escombros, el humo iba desapareciendo con lo cual podía ver mejor lo que estaba haciendo. Debía darse prisa, pues un acontecimiento como aquel no sería ignorado por el resto de guardias y acudirían en masa desde cualquier punto de la ciudad. Aquel ruido tronador aún zumbaba en sus oídos...

Palpó algo blando al retirar una piedra bastante grande y puso cuidado por si se trataba de la niña al quitar los demás escombros. Era ella. Estaba muy mal herida. Tenía el rostro desfigurado, era como un trozo de carne negra y que olía a chamusquina. Las ropas estaban ensangrentadas. La tomó con cuidado, pero el cuerpo de ella no respondía. Su cuerpo caía como peso muerto sobre los brazos del joven asesino.

La apretó contra su pecho y se levantó, dispuesto a llevarla a la casa de asesinos: aún albergaba la esperanza de poderla mantener con vida y curar sus heridas. Trepó el edificio contiguo y desde lo alto de la azotea trató de orientarse. Una vez situado, emprendió su camino con cuidado y lo más rápido que le permitía el tener que cargar con un peso tan delicado como aquel.

Al llegar a la casa de Asesinos, bajó con cuidado, poniéndosela sobre los hombros y sujetándola con una mano por la muñecas para poder bajar con la otra que quedaba libre. Al llegar al suelo, la colocó despacio y con cuidado sobre los cojines que estaban dispuestos para que los demás Hermanos descansasen tras cada misión.

Entró corriendo dentro de la librería donde Kadar, que se encontraba mirando unos mapas, sobre los que trazaba unas coordenadas con su pluma blanca. Alzó la vista sorprendido por la visita de su amigo, pues le conocía bien desde que el joven no era más que un crío.

-¿Qué ocurre Altaïr?

-¡Tienes que venir un momento Kadar!¡Hay una niña y está muy grave!¡Su vida corre peligro!-le tomó de los hombros seriamente a aquel hombre ya bastante mayor, que estaba detrás del mostrador.

-¡Calma muchacho!¿Dónde está la niña?- le agarró a éste también por los hombros para tranquilizarle.

-Está fuera …¡Por favor, dáte prisa!

Rápidamente el anciano rebuscó por dentro del mostrador, agachándose para ello y después salió apresurado ante la atenta mirada de Altaïr. Éste se quitó su capucha y se secó el sudor de la frente con la manga de su bata. Salieron al exterior, donde el cuerpo inerte de la niña yacía con dejadez sobre los cojines. A penas, su aspecto desagradable parecía humano.

Kadar hizo un gesto de desagrado y lástima simultáneamente. A continuación, se agachó con las vendas, tijeras, frascos y unas pinzas entre los brazos, los cuales dejó a un lado suyo. Altaïr se sentó en el otro extremo. El anciano comenzó por abrirle la túnica con las tijeras despacio, teniendo cuidado de no llevarse demasiada piel al levantar los trozos de tela, que se había pegado a la piel y la sangre que brotaba de casi todas partes en hilos pequeños pero numerosos.

A penas había algún trozo de su cuerpo que no estuviese quemado. Las quemaduras eran demasiado graves como para que hubiese podido sobrevivir a las mismas. A penas se podía distinguir los rasgos del rostro. Kadar suspiró y se llevó una mano a la cabeza. No podía hacer nada.

-¿Qué ocurre?-peguntó preocupado Altaïr.

-Ya no hay nada que hacer hijo: esta niña está muerta desde hace bastante tiempo-situó unos dedos a la altura de la yugular para comprobar si tenía pulso al menos. Su gesto de negación no hacía más que confirmar la muerte de la joven.

-Maldita sea …-murmuró Altaïr entre dientes, mientras daba un golpe con el puño en el suelo de piedra blanca.

-Vamos, no te martirices …-posó una mano consoladora sobre su hombro- Somos asesinos, no médicos ni protectores. No deberías haber adoptado ese rol cuando no había ningún tipo de responsabilidad …

-Lo presencié, Kadar … Vi cómo murió esta niña delante de mis ojos y no hice nada por evitarlo …

-Hay cosas que no podemos cambiar … Si era su destino, no podías intervenir. Son asuntos que no están a nuestro alcance … Lo que me intriga más es cómo acabó en este estado … Cuéntame exactamente que pasó.

-Unos guardias la iban persguiendo por toda la ciudad y entonces, en un callejón sin salida, la acorralaron. Pretendía intervenir y salvarla, pero antes de que pudiera reaccionar ella hizo un gesto extraño y todo salió volando por los aires … Nunca había visto nada parecido.
-Yo sí, pero más recientemente …

-¿Qué quieres decir?-el joven le miraba asombrado por la ligereza de sus palabras.

-Últimamente, se están dando casos parecidos … Aunque debo reconocer que éste es el primero al que he tenido que ver en persona …-dijo señalando el cadáver semidescompuesto por las heridas mientras se ponía en pie.

-Explícate, tal vez hallaremos la respuesta a este tipo de incidentes- ordenó Altaïr nervioso, olvidando cualquier tipo de jerarquía a la que debía respetar.

-Desde hace varias semanas se llevan dando estos casos no solo aquí, sino en otras ciudades … Pero hace unos días que se dan con fuerza aquí, en Jerusalén.

-¿Y por qué?-preguntó impaciente el joven asesino.

-Eso no lo sé … Tendrás que averiguarlo.

-Pero no tengo tiempo aunque quisiera: Al Mualim me envía a la búsqueda del Santo Grial.
-¿Cómo?-preguntó sonriendo- Se volvió loco …

-Eso parece, pero está convencido tanto de su existencia como de su importancia … Y si es verdad, parece un asunto serio.

-¿Más serio que los casos de unas niñas suicidas, que andan por varias ciudades con explosivos? Al Mualim ha perdido la cabeza …

-Lo sé … Pero mientras busco información acerca de donde se encuentra el Grial, también podré averiguar cosas sobre este turbio asunto con tiempo de sobra para ambas cosas … Pero una cosa más, hermano …¿Cómo fueron las otras veces?

-Por lo que he oído, estas criaturas de Dios van intencionadamente a sitios donde hay guardias o soldados, ya sean Cruzados o Templarios, con sacos donde se supone que van los explosivos … Parece que hacen atentados contra el Rey Ricardo, pero no me atrevería a confirmarlo.

-¿Dices que van intencionadamente a provocar el suicidio?

-Como si supieran exactamente dónde y cómo lo tienen que hacer … Eso no podría maquinarlo ni la más retorcida de las mentes infantiles, hay algo más oscuro y repugnante: algún grupo, sea del bando que fuere, utiliza a las pobres criaturas para realizar atentados y sacrificios al mismo tiempo, pues manipular explosivos y saliendo airosos de los mismos es peligroso para que lo pueda manejar un crío. Hay que ser un psicópata para hacerlo, y más de manera consciente.

-Entiendo … Intentaré averiguar más.

-Deberías descansar, Altaïr …-aconsejó el anciano como un padre que se preocupa por un hijo.
-Tranquilo, sabiendo este tipo de cosas no puedo quedarme tranquilo … Ni siquiera descansar … Me daré una vuelta por la ciudad y averiguaré algo más.

-Yo mientras le realizaré una autopsia para averiguar a que tipo de armas nos enfrentamos … Ten cuidado y no dejes que la sed venganza te ciege …

-Dime algún lugar por el que podría empezar ...

-Hace unos días, me enteré de que llegaron a la ciudad un grupo de Cruzados y parecía que traían algo importante ... No sé el que. Pero si que es verdad que los atentados, al día siguiente como poco, comenzaron a darse aquí.

-Puede que ambos acontecimientos estén relacionados ...¿Quién era el que dirigía al grupo de soldados?

-Un tal Lord Basilisk, creo que se alojaron en el castillo de Jerusalén. Pero te advierto que es peligroso entrar allí, pues si ocultan algo y están pasando todo esto de las niñas, habrá demasiada guardia.

-Entonces, ¿qué hago?

-Buscar información: ya hay varios Hermanos en la ciudad averiguando cosas, solo tienes que encontrarles y reunir toda la información para enterarte de qué está pasando. Te recomiendo que encuentres a Ayman. Le enviaron infiltrarse entre las tropas del rey y tendrá información muy jugosa. Solo así podremos saber qué está pasando y actuar en consecuencia. Te avisaré cuando vuelvas sobre lo que he averiguado de esta pobre criatura ...-miró con lástima al cuerpo destrozado de la niña.

Dicho esto, el joven volvió a trepar para salir al exterior y enfrentarse a una situación que se había tornado más confusa y complicada de lo que aparentaba en un primer momento ...