El Comienzo ...

Sus ojos se abrieron lentamente, pesados … Como si no quisiera despertar de un largo sueño. Pero su cuerpo le dolía, le pinchaban agujas invisibles desde dentro. Entreabrió los ojos y un nuevo rayo de dolor atravesó sus ojos … La luz que entraba por entre los barrotes de la celda. Se levantó con cierta dificultad, apoyándose sobre sus brazos para ponerse definitivamente de lado, cayendo todo el peso sobre una de sus caderas. Apoyó la espalda contra el frío y húmedo muro de piedra, mientras intentaba ubicarse con la mirada. Los trozos de heno colgaban vacilantes entre sus cabellos negros …

Al tocarse la frente, se dio cuenta que estaba muy sucia … Sudorosa … Como si hubiera pasado una mala noche, entre fiebres delirantes … Miró las ennegrecidas palmas de sus manos, dando lentamente la vuelta para comprobar que el reverso estaba en las mismas condiciones. Pequeños rasguños de rojo oscuro dibujaban trazos entre las venas azuladas. No había nadie más en aquel espacio oscuro … Sucio … Frío …

Se encogió sobre sus rodillas, apoyándolas contra su pecho y vagó con la mirada perdida entre el heno esparcido por el suelo, respirando hondamente y sin pensar en nada … Y en todo al mismo tiempo … Podría escuchar al gentío que había fuera gracias a los sonidos que entraban por aquella ventanilla con barrotes … Podía captar cada una de las conversaciones de la gente de la ciudad … Que sonaban, a sus oídos, como una melodía de la gente corriente.

Un sonido que no provenía de la calle la sacó de sus ensoñaciones e hizo que su cuerpo se pusiera tenso, como si estuviera a la defensiva de un posible ataque inminente. Oyó los pasos, duros contra las piedras que formaban el suelo, seguidas por un leve chapoteo pegajoso. Se estaban acercando.

Se quedó mirando fijamente a la puerta, como si con su mente pudiera abrirla cuando ella creyera oportuno. El sonido metálico y ensordecedor de la puerta al abrirse produjo un chillido que parecía cercano a un grito de dolor …

Ella se cubrió los ojos con una mano para poder vislumbrar mejor a las dos figuras oscuras que se erigían como dos torreones amenazantes delante de la puerta. La luz era tan intensa que no permitía una mejor visión. Súbitamente, ante ella aparecieron dos ojos claros y brillantes, que desprendían una cierta malicia.

-¿Ya despertó nuestra huésped?-dijo, mientras la agarraba de la muñeca correspondiente a la mano que protegía sus ojos de la luz del día - ¡Vamos!¡Levántate! -dio un tirón de ella hacia arriba- Hoy mismo tenemos que partir …

Ella se quejó para sus adentros, no por la brusquedad de aquel hombre, sino porque estaba tan dolorida que no sentía ni las piernas. Él la dejó a su suerte de pie sin ningún apoyo mientras sentía como comenzaban a flaquear sus débiles rodillas Pero dos hombres se situaron a ambos lados de ella y la tomaron agarrándola de los brazos; eso evitó que se cayera al suelo de manera dolorosa.

A medida que iban avanzando, ella sentía como sus pies se deslizaban por el suelo, mientras el resto del peso de su cuerpo caía a merced de la fuerza de aquellos dos escoltas que la sostenían. Se sentía flotar como un fantasma …

Al Mualim llamó a uno de sus mejores discípulos. Él no tardó en responder a la llamada de su maestro. Tenía las esperanzas puestas en que a su llegada desde Alepo, le mandara vengar los culpables encargados de la atrocidad acontecida en aquella ciudad.

-¿Me llamaba, Maestro?-dijo una voz bastante neutra, que en cierto modo intentaba ocultar sus expectativas.

-Altaïr … He oído lo que ha pasado en Alepo … Esos Cruzados no son más que una panda de salvajes que solo siembran el miedo por donde pasan … Sé perfectamente que has estado allí y que te has enfrentado a algunos de ellos sin recibir orden alguna …- el tono de Al Mualim mostraba irritación y esperó con gesto serio la reacción de su discípulo.

-No era mi intención poner en peligro a la hermandad …-dijo con cierta timidez, pero procuró mantenerse seguro.

-Altaïr, todavía sois muy joven … Es normal que aún, a pesa de tu gran nivel, te hayas dejado influenciar por sentimientos que no conllevan más que a la violencia y a la destrucción … A la locura … Pero debido a que tu falta no ha sido grave, sigo confiando plenamente en ti …-tras dar unos pasos de un lado a otro, se paró justo en medio, delante del gran ventanal que había tras sus espaldas y justo en medio de su escritorio, mirándole fijamente.

-Prometo no cometer el mismo error …-dijo levantando el mentón, para no aparentar debilidad mirando directamente al suelo y rehuyendo la imponente y penetrante mirada de su Maestro.

-Por ello, te debo enviar a una misión peligrosa y que pondrá de manifiesto tu lealtad hacia la Hermandad y toda tu maestría en el arte de asesinato … Deberás ir a Damasco, donde deberás buscar información entorno a la localización del Santo Grial.

El muchacho quedó sorprendido por las palabras de su Maestro … No podía haber mencionado esas palabras: Santo Grial. Fue a decir algo, pero antes esperó respetuoso a que su Maestro le concediera la palabra.

-Creía que el Santo Grial y las historias que existían entorno a ese objeto no eran más que meras leyendas … -dijo, con un tono prudente.

-Es mucho más que una historia … Es toda una realidad.-añadió convencido Al Mualim.

-Pero, ¿para qué necesita saber dónde se encuentra?- se atrevió a preguntar.

-Es un objeto por el que muchos hombres darían su vida por poseer … Pues su Poder es incomparable a ningún otro … Él que lo posea, tendrá el control para unificar a los hombres bajo una misma bandera.

-Eso no suena demasiado peligroso …

-Pero depende de quién tenga el Grial … Si cae en manos equivocadas, puedes estar seguro de que todos estaríamos perdidos …

-Entiendo …-respondió poco convencido el joven.

-Los Cruzados van detrás de ese tesoro y nosotros debemos evitarlo … O volverán a repetirse las mismas imágenes que pasaron en Alepo alrededor de todo el mundo …

-Eso sería terrible …-saltó en tono fuerte y lleno de rabia.

-Por ello, debes buscar información y después encontrarlo antes de que lo hagan esos locos Cristianos. Son capaces de cualquier cosa con tal de apoderarse del Grial … Incluyendo llevarse la vida de muchos inocentes de por medio …-concluyó con severidad Al Mualim.

-Entonces no perderé más tiempo … Debo partir a Damasco cuanto antes.-aquellas últimas palabras parecieron tocar su vena sensible.

-Ve, Altaïr … Allí te esperará Rafik, quién te ayudará en todo lo que pueda …

Dicho esto, el joven encapuchado salió a paso rápido y contundente, dispuesto a llevar a cabo la misión que le habían encomendado …