Fan Fiction

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jueves, 28 de enero de 2010

La Marca de la Elegida ...

Tuvieron que retrasar el viaje unas ocho horas hasta que Adah se recuperó de los efectos del schemeteriak. Por seguridad, Altaïr requisó la bolsita con la droga que escondía Nofek entre sus provisiones y así evitar nuevos ataques de fanatismo, que podrían atentar contra la vida de la joven. Parecía que la frialdad de Nofek había desaparecido, pues la joven parecía constantemente nerviosa y preocupada desde aquel incidente, y no se separaba ni un momento de Adah.

Altaïr vigilaba cada movimiento de la niña con desconfianza y cuando llegaba la hora de proporcionar un poco de agua a la joven enferma, él mismo se encargaba de dicha tarea, mientras la cría le miraba receloso e incluso con cierta envidia. Cuando Adah por fin despertó, se encargó de prepararle una infusión de manzanilla, para evitar que se infiltrasen sustancias secundarias y así asentara el estómago después de tantas veces que había vomitado la joven.

Preparó un cazo viejo con agua de la petaca e hirvió las hierbecillas, para después colarlas y echarlas en un vaso de cerámica. Se situó muy cerca de la joven y la ayudó a reincorporarse, formando con unas telas una especie de almohada sobre una piedra grande y elevada, para que pudiera apoyar la cabeza mientras bebía la infusión. Con una mano, la ayudaba a elevar la cabeza lo suficiente para tomar sin que se derramase demasiado, y, con la otra, le daba de beber a pequeños sorbos para que no le sentase mal.

Adah hacía gestos de esfuerzos al tomar la infusión y contraía completamente el rostro, después de tomar cada sorbo, pero no ponía ninguna pega ni se quejaba. Cuando Altaïr vio que era suficiente, dejó el vaso a un lado y se quedó contemplando el rostro pálido de la joven, que parecía sumirse de nuevo en un profundo y pacífico sueño. Se tomó su tiempo en quitarla los pelos que se pegaban a la sudorosa frente, incluso alargando aquel momento, como una tonta excusa para quedarse allí un rato más mirándola, escrutando cada rasgo, analizando cada gesto producto del sueño … Mientras se preguntaba que pasaría cuando tuvieran que despedirse … ¿Volverían a encontrarse de nuevo? No era probable, se decía a si mismo, guardando la cordura …

-¿Qué tal se encuentra?- preguntó una vez más Nofek, acercándose y mirando fijamente a Adah.
-Al menos ya bebe algo … Cuando pueda comer algo sólido, podremos continuar el viaje-contestó secamente, observándola bajo el capuchón con el ceño fruncido- ¿Por qué lo hiciste, Nofek?
La niña calló un momento, al mismo tiempo que los ojos castaños comenzaban a empañárseles de lágrimas.

-No quería matarla … No sabía que pudiera dañarla tanto ...-murmuró mientras se pasaba la manga de su sucia túnica por la nariz.

-Escúchame: te creo pero no me fío de tí … Debes tener más cuidado cuando manejas ese tipo de sustancias, más cuando no sabes lo que puede pasar ...-y entonces él se acordó de la escena en la que Adah volvió a sufrir un ataque, cuando él mismo fumaba hachís en la parte trasera de la tienda de Kadar …- Dime, ¿por qué Adah es tan especial para ...- dudó un instante y terminó- vosotras?

-La Nana siempre nos ha dicho que somos las Elegidas de Dios y que una de nosotras será nuestras líder, ya que es descendiente directa de Yeshu … Su linaje se traspasa solo por vía femenina a través de la primogénita.

-¿Yeshu es el Jesús cristiano?-intentó aclarar Altaïr no muy seguro de sus propias palabras.

-Eso es lo que se dice … Pero hay mucha confusión entorno a ello porque Ellos quieren mantener el secreto, por la imagen y castidad del propio Yeshu … Yo confió en la sabiduría de la Nana, ella nos ha enseñado todo lo que sabemos del Antigüo Testamento y el Verdadero Nuevo Testamento … Incluso poseemos el arma de Yeshu: solo una verdadera descendiente de Yeshu puede usarla para el bien común.

-¿Y dices que sois todas mujeres?

-Exacto.

-Eso no es posible ...-dijo Altaïr, sonriendo- ¿Qué pasa con los hombres entonces? ¿Cómo es que sobrevivís y tenéis descendencia?

-Las mujeres mayores y adolescentes mantienen relaciones con hombres del exterior y cuando quedan encintas, vuelven para dar a luz.

-¿Y qué pasa con los que nacen varones? ¿Los expulsáis del poblado?

-Nunca nacen varones en nuestro grupo- contestó tranquilamente la joven sin inmutarse y mirándole fijamente con los enormes ojos entrecerrados.

-No puede ser …

-Si que puede … Ya te he dicho que somos las Elegidas …

Altaïr se quedó seriamente reflexionando las palabras de la niña. Acto seguido, se levantó con cuidado de no despertar a Adah y se alejó un poco, con la excusa de ir a cazar algo. Se perdió un poco entre los cañones y los matorrales, buscando algún pequeño animal mientras pensaba, pues su cabeza parecía estallar de tantos pensamientos entrecruzados … ¿Cómo podría …? No, no podía serlo … Había algo más … Pero Nofek no tenía las respuestas que él buscaba …

Regresó sin pieza alguna una vez se hubo tranquilizado y vigiló lo que estaba cocinando la pequeña. Cuando terminó, cogió la parte que correspondía a Adah y fue a dársela antes de empezar él con la suya propia. Nofek se quedó comiendo en silencio junto al fuego, mientras las llamas rojizas se reflejaban en sus ensimismados ojos.

Cuando él se acercó, Adah le sonrió tumbada y le esperó, para poder apoyarse en un codo y verle mejor.

-Gracias por cuidar de mí ...-susurró ella con voz débil.

-Te la debía: tú hiciste lo mismo por mí una vez ...-contestó él, procurando no ponerse nervioso cuando la tomó de los brazos y la ayudó a sentarse. Los blancos dedos de la joven se aferraron con fuerza contra su morena palma y él sintió un cosquilleo que le llegó hasta la yema de los dedos …

-Y lo volvería a hacer si fuera necesario …- entonces se acordó que no quedaba mucho para que sus caminos se separasen para siempre ...- Bueno, si tuviera de nuevo la oportunidad …
Altaïr se escondió acalorado tras su capuchón, dejando que las sombras hicieran el resto para ocultar su sonrojamiento. A la joven un rojo rubor subió hasta sus pálidas mejillas, haciendo que su hermoso rostro recobrase vida de nuevo. Luego, alzó la cabeza esbozando una sonrisa enigmática y mirándole con ternura a los ojos, mientras éste le daba de comer pequeños trocitos de torta con humus.Altaïr evitaba mirarla directamente a los ojos y entonces notó la suave mano de Adah tocar la suya: la que le daba de comer y precisamente en la que le faltaba un dedo. Él casi se quedó sin respiración y la intentó apartar de inmediato, pero ella la tenía tomada con fuerza y determinación.

-¿Cómo te hiciste esto?- preguntó ella con voz sumamente suave.

-Es un signo de iniciación …-respondió vagamente el joven asesino. Se mordió los labios nervioso, mientras la joven miraba con fascinación aquella deformidad- ¿Te da asco?- preguntó él, como un niño pequeño inseguro.

-No- y ella posó dos de sus dedos sobre el pequeño muñón formado, debido a la amputación- Yo también tengo una marca especial como la tuya …

Dicho esto, la joven se arremangó los bajos de su túnica, ante la atónita mirada de Altaïr. Se levantó apoyándose en un hombro del joven y se bajó los bombachos, volviendo a cogerse los bajos, solo tapando su pubis. Entreabrió las piernas y señaló con su dedo índice en un trozo de piel brillantemente blanca, entre sus redondos muslos, una especie de marca grisácea. Altaïr evitaba mirar demasiado fijamente porque consideraba aquello algo indecoroso.
-Ésa es mi marca- dijo la joven casi alegremente- Dicen que esa marca solo puede llevarla una verdadera Elegida … La Nana dice que está hecha a fuego …

-Pero … ¿Por qué sois las Elegidas?¿Qué hacéis exactamente?- preguntó Altaïr, mirando al suelo, para así evitar que sus ojos fueran a zonas prohibidas de la anatomía de la joven …

-Nosotras nos encargamos de guardar el secreto de Yeshu … Porque como Elegidas y descendientes de sus verdaderas pupilas, tenemos el deber de aguardar hasta el Gran Día … El momento preciso en el que debemos revelar la autentica Verdad ...- ella estaba ahora de cuclillas, de nuevo vestida, mirándole con sus hermosos ojos ambarinos- Pero Ellos lo saben y quieren apoderarse de nuestros bienes más preciados … Ellos no solo me quieren a mí.

-¿Cómo?- entonces alzó la cabeza completamente interesado en las palabras de la joven- ¿Qué es lo que realmente buscan los Templarios?

-Mi captura no fue más que una excusa … Porque en un principio Ellos pensaban que si yo era la Máxima Elegida, tendría en mi poder Eso que Ellos tanto ansían … Pero la Nana es mucho más inteligente y se encargó de guardarlo en un lugar seguro donde Ellos nunca pensarán buscar … Me torturaron, me mataron de hambre y sed … Aún así, me mantuve firme y mis compañeras me apoyaron atacándoles, les presionaron para que me liberasen … Pero llegaste tú, como un ángel caído del cielo y me liberaste. Pensé que me devolverías con mis compañeras y pronto descubrí tus intenciones: aunque sabía perfectamente que no eras uno de Ellos.- le tomó de ambas manos con fuerza de manera suplicante- Sé que tú reniegas de tu misión porque en el fondo tienes un buen corazón … Las intenciones de los tuyos no difieren demasiado de las de Ellos. Por eso, demostrando la lealtad, extrañamente confiada que me guardas, te pediría que ayudases a mis compañeras y a mí a librarnos de Ellos. Necesitamos la ayuda de un hombre como tú para poder escapar a un sitio más seguro que Tierra Santa, Altaïr.

Hacía mucho que no escuchaba pronunciar su nombre y menos de la boca de Adah. Allí estaba ella, pidiéndole ayuda a un hombre como él, un hombre que había cometido barbaridades por órdenes de su credo y que le pedía que traicionase a su maestro, Al Mualim. Hasta ese mismo instante no fue consciente de lo que estaba pasando, ni de lo que debería hacer o no hacer … Era como si la situación se le estuviera escapando de las manos sin que él se diese cuenta … ¿Acaso le estarían traicionando sus propios sentimientos? ¿Aquellos contra los que había luchado durante tantos años para convertirse en lo que era … o lo que quedaba de aquello que fue?

-Estas pidiéndome muchas cosas ...-comenzó Altaïr tímidamente, ya que no quería aceptar su propuesta abiertamente ni tampoco negársela demasiado pronto- Quiero decir que … Implicarían consecuencias que no podría prevenir ahora mismo … Porque … Porque ...-odiaba tartamudear- No sé si lo haría por ti o porque creo en vuestra causa …

-¿Acaso ...sientes algo … por mí?-preguntó la joven, igual de tímida.

-No lo sé ...- y suspiró, apartando la mirada hacía el horizonte, que comenzaba a oscurecer- Creo que deberíamos levantar el campamento y viajar durante la noche … Así, seremos menos vulnerables, aquí parados …

-No me cambies el tema, por favor ...-suplicó Adah, conteniéndose las lágrimas.
-Nofek deberá ir contigo, por si acaso debemos huir … En su poney, no iría demasiado rápido …

-¡Yo si te amo!- exclamó ella, al mismo tiempo que le acariciaba, de manera inconsciente el muñón del dedo.

-No, no …. No lo entiendes … No deberías.- él escapó de sus manos y la agarró por los hombros, añadiendo en tono confidente- Debes aprender a odiarme, porque no creo que pueda ser posible … De otra manera.

-Entonces eso es lo que haces … Odiarme para no sentir nada por mí, ni siquiera un mínimo de compasión ...- murmuró ella entre lágrimas, intentando no mirarle, ella ahora, a él a los ojos.

-Pertenecemos a dos mundos muy diferentes, que no creo que puedan ser compatibles entre sí … No te odio, si eso te alivia al menos, pero no puedo quererte … Porque así, de lo contrario, te haría más daño del que puedes imaginar … No quiero crearte falsas expectativas, Adah, es la pura verdad.

-Sabes que no somos tan diferentes Altaïr … Tenemos cosas en común ...-argumentó ella esperanzada.

-Esas mismas coincidencias son las que más miedo me dan … Vamos, debemos recoger todo esto antes de que caiga la noche … Al menos, hazlo por Nofek …

Adah asintió, y se secó las lágrimas con la manga de la camisa, admitiendo con gran madurez el rechazo por parte de Altaïr ...